Bibliotecas: herramienta para la igualdad

Hace un par de semanas hablábamos en nuestro blog de cómo las bibliotecas se han convertido en indispensables para la ciencia y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Hoy queremos centrarnos en la relación entre las bibliotecas y el quinto ODS, la igualdad de género, que estos días tiene una presencia especial en medios de comunicación y parrillas de televisión con motivo de la celebración del Día Mundial contra la Violencia de Género.

Este año se cumplen dos décadas desde que la Asamblea General de la ONU decidiera celebrar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer cada 25 de noviembre. Desde la ONU se ha invitado a gobiernos, organizaciones internacionales y a ONGs a implicarse y organizar actividades para fomentar la conciencia pública en cuanto a la necesidad de erradicar cualquier forma de violencia contra las mujeres.

 

Violencia en cifras

La actriz Nicole Kidman, embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres, trata de sensibilizar en este vídeo sobre la necesidad de terminar con la  violencia contra las mujeres durante y después de la pandemia.

 

Desde 2003, año en que empezaron a computarse el número de mujeres asesinadas a manos de sus parejas y exparejas, la cifra ha alcanzado las 1074, de las que 41  han sido este 2020. Este es el dato más grave, porque afecta a la pérdida de vidas, pero existen muchas formas de violencia más allá del plano físico, y las encuestas y estudios al respecto no reflejan unos datos de los que sentirnos precisamente orgullosos en España.

 

2020, un año con retos adicionales

Los confinamientos y restricciones que han marcado los distintos gobiernos han supuesto una traba adicional en la lucha contra la violencia de género. Pero es de justicia destacar que han surgido todo tipo de iniciativas desde distintos colectivos y entidades para ayudar a las mujeres que se han visto encerradas con sus agresores en los domicilios, como la «Mascarilla 19«, en la que se implicaron más de 16.000 farmacias españolas.

 

Reeducación e información, imprescindibles para el cambio

El primer paso para luchar contra la violencia y con el objetivo de alcanzar la igualdad de género es el reconocimiento de la existencia de un problema y la educación y sensibilización de la sociedad hacia nuevos hábitos y valores. Esto implica un cambio de chip desde la infancia, pero del que no estamos exentos los adultos.

Las bibliotecas, como espacio para la información, son un punto de encuentro entre la necesidad de cambiar estos hábitos y la formación para la consecución de este objetivo. Cualquier iniciativa que vaya en esta dirección es un paso más, un nuevo pilar en esta lucha.

 

Actividades de bibliotecas por el Día Mundial contra la Violencia de Género

Con el objetivo de visibilizar el papel de las bibliotecas como espacios que pueden contribuir a la transformación social y formar parte activa en el proceso de cambio, las bibliotecas municipales de A Coruña presentaron una campaña aperturista y transversal con una programación de distintas tipologías, para público adulto e infantil, bajo el lema #TiDecides#BibliotecasSTOPViolencia, y en colaboración con distintas entidades, como Fundación Mulleres.

La biblioteca Ánxel Casal de Santiago de Compostela abrió las actividades de la Semana pola Igualdade e Contra a Violencia de Xénero con un calendario de actividades que es en sí mismo una declaración de intenciones: la lucha contra esta lacra social tiene que partir desde la infancia. La semana de actividades abrió con una sesión de cuentacuentos a cargo de Jara Ortiz y Ángeles Iglesias y continuó con el espectáculo «A lúa triangular. Nada é imposible!», dirigido al público infantil de entre tres y ocho años. Durante la semana se sucedieron distintas citas pensadas para todas las edades.

En esta misma línea, la Biblioteca Pública de Zamora ha organizado distintas actividades dirigidas a la concienciación con un enfoque pensado según diferentes rangos de edad, desde cuatro años hasta adultos y familias, mostrando de esta manera la necesidad de enfocar el problema desde la infancia.

Por su parte, del 25 de noviembre al 15 de diciembre la Biblioteca de Económicas de la Universidad de Alicante conmemora el Día Mundial contra la Violencia de Género con una pequeña muestra de libros sobre la temática, así como un dossier de libros recomendados  y un listado de artículos de revistas. 

La Biblioteca de Galicia ha puesto hincapié en la importancia de la implicación de los medios de comunicación con la muestra Pobre Asunción!: a violencia de xénero na prensa, con la que la Xunta de Galicia repasa la evolución del tratamiento de la violencia de género en la historia a partir de parte de los fondos que custodia la Cidade da Cultura, así como a partir de documentos literarios y archivísticos.

Al otro lado del charco, la Biblioteca Popular de Matheu (Argentina), creó el Círculo de Mujeres, una red que proporciona un lugar para que las mujeres locales se reúnan entre sí y recopilen recursos para empoderar a las mujeres, que obtienen apoyo social y asistencia legal, y aprenden a identificar las estructuras sociales y culturales que permiten la violencia de género.

Además, han elaborado un dossier muy útil, gratuito y descargable, bajo el título Acompañar en situaciones de violencia de género, que proporciona herramientas para todas aquellas personas que quieran aprender más acerca de cómo acompañar a otras que están sufriendo este tipo de situaciones.

 

Las bibliotecas, llamadas al fomento de la diversidad

La IFLA/UNESCO establece que la biblioteca ofrece acceso al conocimiento y la información a través de una serie de recursos y servicios disponibles para todos los miembros de la comunidad por igual, con independencia de su raza, nacionalidad, edad, sexo, religión, idioma, discapacidad, condición económica y laboral y nivel de instrucción.

En este sentido, la biblioteca está llamada a incorporar la perspectiva de género en todos sus ámbitos, a desarrollar un rol activo en la ruptura de las distintas brechas y desigualdades que existen, desde la de género hasta brecha digital, ofreciendo un entorno seguro, abierto y libre, en el que las mujeres puedan empoderarse con el objetivo de la igualdad entre personas, independientemente de las características individuales de cada una.

Según datos del Ministerio de Cultura, en las ocupaciones vinculadas a la edición de libros o periódicos, la mayoría del empleo es para los hombres: el 54,4% frente al 45,5% de mujeres. No así en las bibliotecas, archivos, museos y actividades editoriales donde las mujeres son el 56,1% frente al 43,9% de hombres.

 

Como dijo la escritora feminista Virginia Woolf, “para la mayor parte de la Historia, Anónimo era una mujer”. 

 

El Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en 2019, presentado el 21 de febrero de 2020 por la Federación de Gremios de Editores de España, revela que el perfil del lector frecuente es mujer, universitaria, urbana y con 55 años. Mientras las mujeres lectoras alcanzan el 68,3% de la población española, la cifra de los hombres se sitúa en el 56%. El 44% de los hombres españoles no lee nunca un libro.

Los premios Nobel de Literatura, Cervantes y Planeta reflejan las grandes desigualdades entre mujeres y hombres en el ámbito del libro, y son una explicación más de por qué cientos de mujeres han firmado sus obras con pseudónimos masculinos y muchos anónimos invisibilizaron a la mujer a lo largo de la historia. Como dijo la escritora feminista Virginia Woolf, “para la mayor parte de la Historia, Anónimo era una mujer”.

Sin duda queda mucho trabajo por hacer, pero se está en camino.